El mecanismo por el cual los antibióticos β-lactámicos, incluida la penicilina, pueden matar el MRSA se ha revelado por primera vez. Un equipo internacional de investigadores dirigido por la Universidad de Sheffield ha descubierto que los antibióticos betalactámicos eliminan el MRSA (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina) al crear poros en la pared celular que se expanden a medida que la célula crece y finalmente eliminan la bacteria.
El crecimiento de estos poros conduce a la falla de la pared celular y la muerte bacteriana, y los científicos ahora planean usar esto para crear nuevos tratamientos para las superbacterias resistentes a los antibióticos.
Anteriormente se sabía que los antibióticos betalactámicos funcionaban impidiendo el crecimiento de la pared celular, pero la forma exacta en que matan las bacterias sigue siendo un misterio hasta ahora.
Dijo el profesor Simon Foster, de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Sheffield. “La penicilina y otros antibióticos similares han estado en el corazón de la atención médica humana durante más de 80 años y han salvado más de 200 millones de vidas. Sin embargo, su uso está seriamente amenazado por la propagación global de la resistencia a los antimicrobianos.
La investigación centrada en la superbacteria MRSA mostró que los antibióticos causaron la formación de pequeños poros en la pared celular que se agrandaron gradualmente como parte de un proceso relacionado con el crecimiento que finalmente mató a la bacteria. También identificamos algunas de las enzimas involucradas en la creación de estos poros. Nuestros hallazgos van al corazón de la comprensión de cómo funcionan los antibióticos existentes y brindan nuevas vías para un mayor desarrollo terapéutico frente a una pandemia global de resistencia a los antimicrobianos. ”
Utilizando este conocimiento y la comprensión de cómo se controla la enzima, los científicos también demostraron la eficacia de una nueva terapia combinada contra Staphylococcus aureus.
El equipo utilizó un modelo simple para estudiar cómo se expanden las paredes celulares bacterianas a medida que crecen y se dividen, y desarrolló una hipótesis sobre lo que sucede cuando este proceso es inhibido por antibióticos como la penicilina. Las predicciones del modelo se probaron utilizando una variedad de métodos moleculares, incluida la microscopía de fuerza atómica de alta resolución.
Dirigido por la Universidad de Sheffield, el proyecto es un esfuerzo internacional e interdisciplinario con la participación de la Universidad de Xiamen en China, la Universidad Masaryk en la República Checa y la Universidad McMaster en Canadá.
En 1930, Cecil George Paine, del Departamento de Patología de la Universidad de Sheffield, introdujo por primera vez la penicilina como tratamiento, abriendo así una nueva página en la historia de la salud humana. Mientras estudiaba en la Escuela de Medicina del Hospital St Mary’s en Londres, trató a dos bebés con infecciones oculares con filtrado crudo de moldes de producción de penicilina proporcionados por su profesor, Alexander Fleming.